
Investigación y Educación en Salud. Volumen 4, Número 1, 2025
Introducción
La educación sexual integral es esencial
para el desarrollo de los adolescentes, les
proporciona los conocimientos, las habilida-
des y las actitudes necesarias para tomar
decisiones informadas de su salud sexual
y reproductiva. A pesar de esto en muchas
sociedades, la equidad de género en la
educación sexual sigue siendo un desafío.
Este estudio analizó el papel de la familia en
el desarrollo de la equidad de género en la
educación sexual de los adolescentes, con
énfasis en las dinámicas familiares que in-
fluyen de forma positiva en la percepción y
el comportamiento de los jóvenes sobre la
igualdad de género (1) (2).
La igualdad y equidad de género es un
tema relevante en la sociedad actual, al
respecto, la UNESCO aborda este tema en
diversas convenciones y destaca la impor-
tancia del rol de la familia en la formación
de la niñez como agente de cambio. Ade-
más, en la Agenda de Desarrollo 2030, el
objetivo 4, que explica es esencial garanti-
zar una educación inclusiva y equitativa de
calidad, para promover oportunidades de
aprendizaje e igualdad para todos, con el
fin de fomentar la igualdad de derechos en-
tre géneros (3).
La Agenda Nacional para la Igualdad de
Género 2021-2025, en el Ecuador, recono-
ce el papel fundamental de la familia en la
promoción de la equidad de género en la
educación sexual de los adolescentes, su
enfoque se basa en la premisa de que la
familia es el primer entorno social donde se
forman las actitudes y valores relacionados
con la sexualidad y las relaciones interper-
sonales (4).
Esta es la razón por lo que es indispensa-
ble lograr la comunicación afectiva entre los
padres e hijos sobre temas de sexualidad,
que no solo proporciona información rele-
vante y precisa, porque también fomenta
el respeto y la comprensión mutua, que son
elementos esenciales para prevenir la vio-
lencia de género (1).
Quimi Cobos, L. S. ., Chalan Pizarro, E. N., Acán Lema, L. C., & Quiroz Figueroa, M. S.
La igualdad de género es un tema polémico
por su significado histórico, sociocultural y
psicológico, así como por las dinámicas de
poder relacionadas con los roles de géne-
ro en la sociedad, influye en las decisiones
políticas y sociales. Además, de fomentar
el respeto mutuo entre géneros en todos
los ámbitos para promover una cultura de
igualdad y desarrollar una personalidad con
nuevas perspectivas y conocimiento(2).
La Convención sobre los Derechos del Niño
de 1990, destaca la responsabilidad de la
sociedad y el Estado en proteger la inte-
gridad de los menores. Además, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en
el caso “Guzmán Albarracín”, concluyó que
una educación que viole los derechos hu-
manos también vulnera el derecho a la edu-
cación. Por ende, es crucial que los Estados
adopten medidas efectivas para prevenir
violaciones de derechos humanos en el ám-
bito educativo, especialmente en casos de
discriminación y violencia de género(3)
La Convención sobre los Derechos del Niño
establece un marco legal internacional que
asegura los derechos fundamentales de
todos los niños. Esta convención reconoce
que los niños tienen derecho a un desarrollo
integral y a ser protegidos contra la discrimi-
nación y el abuso, responsabilizando a los
Estados firmantes de implementar medidas
efectivas para respetar y promover estos
derechos. A pesar de los avances desde
su aprobación, persisten desafíos significa-
tivos en la aplicación de estos derechos, en
especial en contextos de pobreza, conflic-
tos armados y crisis de salud.
La escuela, desde los primeros años de
vida, juega un papel determinante en la
formación de capital humano y social, in-
tegrando lo familiar en la sociedad, para
comprender su horizonte formativo, que
incluye el desarrollo de capacidades, valo-
res, conocimientos y habilidades sociales
necesarias para la formación integral, que
estableció retos tanto para los funcionarios
del estado como para las familias (5).