Epidemiología de las enfermedades
cardiovasculares: una revisión narrativa
https://doi.org/10.47230/unesum-ciencias.v8.n1.2024.61-74
Revista UNESUM-Ciencias
Volumen 8, Número 1, 2024
Universidad Estatal del Sur de Manabí
ISSN-e: 2602-8166
Epidemiology of cardiovascular diseases: a narrative review
REVISTA UNESUM-Ciencias
UNIVERSIDAD ESTATAL DEL SUR DE MANABÍ
Volumen: 8
Número: 1
Año: 2024
Paginación: 61-74
URL: https://revistas.unesum.edu.ec/index.php/unesumciencias/article/view/756
*Correspondencia autor: norysbe08@gmail.com
Recibido: 10-04-2023 Aceptado: 22-11-2023 Publicado: 05-01-2024
Norys Beatriz Godoy-Valderrama
1
*
https://orcid.org/0009-0003-8355-2192
Ramón Aguilar Vásquez
2
https://orcid.org/0009-0004-4588-4310
Nereida Josefina Valero Cedeño
3
https://orcid.org/0000-0003-3496-8848
1. Médico Especialista en Cardiología, Investigador Independiente; Barquisimeto, Estado Lara-Venezuela.
2. Médico Especialista en Cardiología. Ecocardiografista. Adjunto del servicio de Ecocardiografía. Centro Cardiovascular Regional – ASCARDIO. Barquisi-
meto, Estado Lara-Venezuela.
3. PhD. en Inmunología, Magíster en Biología, Mención Inmunología Básica, Licenciada en Bioanálisis, Doctora en Inmunología. Profesora Titular Emérita.
Instituto de Investigaciones Clínicas “Dr. Américo Negrette”. Facultad de Medicina. Universidad del Zulia. Maracaibo-Estado Zulia, Venezuela.
ARTÍCULO ORIGINAL
RESUMEN
Las enfermedades cardiovasculares (ECV), principalmente la cardiopatía isquémica y los accidentes cere-
brovasculares, son la principal causa de mortalidad mundial y un importante contribuyente a la discapacidad.
La carga de las ECV se ve influida por determinantes genéticos, metabólicos, comportamentales, ambienta-
les y sociales. Sin embargo, la baja actividad física y la presión arterial desempeñan un papel central como
factores de riesgo para las ECV. Los casos prevalentes de ECV son de 523 millones en el 2019 y el número
de muertes por estas patologías aumentó constantemente hasta alcanzar 18,6 millones en el mismo periodo,
por lo que, en la actualidad, la cardiopatía y los accidentes cerebrovasculares fueron la primera y la segunda
causa de muerte en América, mientras que, a nivel mundial, el accidente cerebrovascular siguió siendo la
segunda causa de muerte. Es evidente que monitorear la carga de las enfermedades cardiovasculares es
de vital importancia, este artículo revisa la epidemiología total de estas, incluidas las causas subyacentes de
muerte cardiovascular y los factores de riesgo relacionados, utilizando estimaciones mundiales y fuentes de
datos disponibles a nivel de población sobre incidencia, prevalencia, letalidad, mortalidad y riesgos para la
salud en los países de América Latina y el mundo en los últimos cinco años, de allí que se plantea esta actua-
lización narrativa de diseño documental, que pretende aportar al conocimiento de este importante problema
de salud pública, contribuyendo a las acciones de prevención e intervenciones efectivas para frenar la carga
de las enfermedades ECV, especialmente en las regiones con índices sociodemográficos más bajos.
Palabras clave: ictus, cardiopatías, prevalencia, factores de riesgo, comorbilidades.
ABSTRACT
Cardiovascular diseases (CVD), primarily ischemic heart disease and stroke, are the leading cause of global
mortality and a major contributor to disability. The burden of CVD is influenced by genetic, metabolic, behavio-
ral, environmental and social determinants. However, low physical activity and blood pressure play a central
role as risk factors for CVD. The prevalent cases of CVD are 523 million in 2019 and the number of deaths from
these pathologies increased constantly to reach 18.6 million in the same period, so, currently, heart disease
and strokes were the first and the second cause of death in America, while globally, stroke remained the se-
cond cause of death. It is evident that monitoring the burden of cardiovascular diseases is of vital importance,
this article reviews the total epidemiology of cardiovascular diseases, including the underlying causes of car-
diovascular death and related risk factors, using global estimates and available population-level data sources.
on incidence, prevalence, lethality, mortality and health risks in Latin American countries and the world in the
last five years, hence this narrative update of documentary design is proposed, which aims to contribute to
the knowledge of this important problem of public health, contributing to prevention actions and effective in-
terventions to curb the burden of CVD diseases, especially in regions with lower sociodemographic indices.
Keywords: stroke, heart disease, prevalence, risk factors, comorbidities.
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Introducción
Las enfermedades cardiovasculares (ECV),
principalmente la cardiopatía isquémica
(CI) y los accidentes cerebrovasculares
(ACV), son dentro de las enfermedades no
transmisibles (ENT), la principal causa de
mortalidad mundial y un importante contri-
buyente a la discapacidad. Las ECV siguen
siendo una de las principales causas de
mortalidad prematura y de aumento de los
costos de atención médica (GBD, 2019).
Los factores de riesgo cardiometabólicos,
conductuales, ambientales y sociales son
los principales impulsores de estas enfer-
medades. El análisis consistente, compara-
ble y sistemático de las tendencias y patro-
nes a largo plazo en materia de ECV a nivel
mundial es esencial para guiar las políticas
públicas y proporcionar puntos de referen-
cia para los entes responsables de la toma
de decisiones en materia sanitaria (Shen et
al., 2024).
La CI es una importante preocupación pú-
blica y ocupa la primera causa de mortali-
dad y morbilidad en todo el mundo, incluido
el infarto agudo de miocardio (IAM), la CI
crónica (angina; CI asintomática después
de un IM) y la insuficiencia cardíaca isqué-
mica (Safiri et al., 2022). En el año 2019, la
CI fue responsable de más de 182 millones
de años de vida ajustados en función de
la discapacidad (AVAD) y 9,14 millones de
muertes (Fu et al., 2023); mientras que la
enfermedad coronaria provoca gastos sani-
tarios catastróficos entre los países y regio-
nes.
En los Estados Unidos de América (EE.
UU.), se prevé que las enfermedades car-
díacas aumenten en un 41%, y con ellas el
gasto en atención sanitaria, alcanzando ci-
fras de 177.500 millones de dólares en el
2040 (Liang et al., 2022). Alemania, Estados
Unidos y Brasil, son los países con las tasas
más altas de mortalidad por ECV (37,62%,
31,57% y 28,78%, respectivamente) (Flores
et al., 2023).
Por lo tanto, monitorear la carga de las ECV
es de vital importancia a nivel mundial. Co-
menzando con la CI y el ACV, este artículo
proporciona información sobre la epidemio-
logía y carga de las ECV, incluidas las cau-
sas subyacentes de muerte cardiovascular
y los factores de riesgo relacionados a nivel
mundial, de allí que se plantea esta actuali-
zación narrativa de diseño documental, que
pretende aportar al conocimiento de este
importante problema de salud pública, con-
tribuyendo a las acciones de prevención e
intervenciones efectivas para frenar la car-
ga de las ECV, especialmente en las regio-
nes con índices sociodemográficos (IDE)
más bajos.
Desarrollo
Causas de las enfermedades cardiovas-
culares y factores de riesgo relacionados
Las causas de ECV son diversas y se han
tratado de identificar de manera estándar.
La CI que representa el IAM, la angina es-
table crónica, la CI crónica y la insuficien-
cia cardíaca debida a la CI. El ACV definido
en tres subcategorías (accidente cerebro-
vascular isquémico (IS); hemorragia intra-
cerebral; y hemorragia subaracnoidea). La
enfermedad arterial periférica (EAP) de las
extremidades inferiores, la fibrilación auricu-
lar (FA) y el aleteo auricular (AFL), miocar-
diopatía, miocarditis aguda, endocarditis y
la cardiopatía reumática (ECR) (Martínez et
al., 2023). La enfermedad cardíaca hiper-
tensiva (ECH) se desarrolla en respuesta a
la exposición crónica del ventrículo izquier-
do (VI) y la aurícula izquierda a una presión
arterial sistémica elevada. Los cambios
estructurales del VI incluyen hipertrofia y
fibrosis intersticial que a su vez conducen
a cambios funcionales que incluyen disfun-
ción diastólica y deterioro de la función me-
cánica de la aurícula izquierda y del mismo
VI (Ismail et al., 2023).
La carga de las ECV se ve influida por de-
terminantes genéticos, metabólicos, com-
portamentales, ambientales y sociales. Sin
embargo, la baja actividad física y la pre-
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UNA REVISIÓN NARRATIVA
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sión arterial desempeñan un papel central
como factores de riesgo para las ECV. Una
presión arterial sistólica elevada, a partir de
un valor ≥115 mmHg, es la principal causa
de pérdida de AVAD a nivel mundial y en la
Región de las Américas (GBD, 2021). Ade-
más, el control deficiente de la presión ar-
terial es el factor de riesgo atribuible pobla-
cional (FAP) más importante para las ECV
y para los ACV, incluido el ACV hemorrági-
co (FAP = 58%) y el isquémico (50%), la CI
(55%) y otras formas de ECV (58%). Ampliar
el tratamiento eficaz para la hipertensión ar-
terial (HTA) y optimizar la gestión del riesgo
de ECV es una forma pragmática de acele-
rar la reducción de la mortalidad por éstas
y al mismo tiempo fortalecer los sistemas
de atención primaria de salud para respon-
der de manera efectiva, con calidad y de
manera equitativa al desafío, no sólo en los
países de ingresos medianos bajos, sino en
todas las comunidades del mundo (Ordu-
nez et al., 2024).
En muchos países incluyendo EE.UU., el ta-
baquismo ha disminuido dramáticamente,
pasando de más del 40% de los adultos a
mediados de la década de 1960 a ≈11% en
la actualidad. Sin embargo, después de dé-
cadas de disminución en las tasas de ECV,
las tendencias más recientes están aumen-
tando, atribuidas en parte al empeoramien-
to de factores de riesgo como la diabetes,
el envejecimiento de la población, las des-
igualdades en salud y otros factores (Julián
et al., 2024). En un estudio llevado a cabo
en cuatro países suramericanos (Colom-
bia, Chile, Argentina y Brasil) se evidenció
que las principales causas de muerte fue-
ron ECV (31,1%), cáncer (30,6%) y enfer-
medades respiratorias (8,6%) y representan
más de dos tercios de las muertes en Sud-
américa. Para las ECV los principales FAP
se debieron a HTA (18,7%), obesidad ab-
dominal (15,4%), tabaquismo (13,5%), baja
fuerza muscular (5,6%) y diabetes (5,3%).
Para la mortalidad, los principales FAP fue-
ron tabaquismo (14,4%), HTA (12,0%), baja
escolaridad (10,5%), obesidad abdominal
(9,7%) y diabetes (5,5%) (López-Jaramillo
& López-López, 2023).
El factor de riesgo de ACV de más rápido
crecimiento entre 1990 y 2019 fue el alto ín-
dice de masa corporal (IMC) (GBD, 2021);
de hecho, la epidemia mundial de obesidad
juvenil está estrechamente relacionada con
la creciente carga de enfermedades cardio-
metabólicas a lo largo de la vida. La carga
mundial de la obesidad pediátrica continúa
aumentando y está asociada con un enve-
jecimiento vascular acelerado y temprano,
especialmente en jóvenes con obesidad y
diabetes tipo 2 (Chung et al., 2023). Ade-
más, es de señalar que una creciente apre-
ciación de la interrelación fisiopatológica de
los factores de riesgo metabólico como la
obesidad y la diabetes, la enfermedad renal
crónica y la enfermedad cardiovascular ha
llevado a la conceptualización del síndrome
cardiovascular-riñón-metabólico. La con-
fluencia de factores de riesgo metabólico y
enfermedad renal crónica dentro del síndro-
me cardiovascular-riñón-metabólico está
fuertemente relacionada con el riesgo de
resultados cardiovasculares y renales ad-
versos. Asimismo, existen consideraciones
de manejo únicas para personas con ECV
establecida y factores de riesgo metabóli-
cos coexistentes, enfermedad renal crónica
o ambas (Ndumele et al., 2023).
Banach et al., (2023) sostienen que en los
últimos años se han logrado reducciones
sustanciales en la prevalencia de ECV me-
diante la atenuación de los factores de ries-
go (particularmente HTA y dislipidemias)
en la prevención primaria y secundaria. A
pesar del notable éxito de los tratamientos
hipolipemiantes, en la reducción del riesgo
de ECV, todavía existe una necesidad clíni-
ca insatisfecha de alcanzar los objetivos de
lípidos recomendados incluso en 2/3 de los
pacientes. También se ha descrito que te-
ner niveles elevados de lipoproteína a (Lpa)
es un factor de riesgo de ECV que funciona
de forma independiente. Puede aumentar
el riesgo de desarrollar ECV incluso cuando
los niveles de colesterol de las lipoproteí-
Godoy Valderrama N.B., Aguilar Vásquez R., Valero Cedeño N,J.
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nas de baja densidad (LDL-C) están dentro
del rango recomendado, lo que se conoce
como riesgo cardiovascular residual (Vinci
et al., 2023).
El síndrome metabólico, caracterizado por
un conjunto de factores de riesgo interco-
nectados, aumenta significativamente el
riesgo de desarrollar ECV y diabetes tipo
2, siendo la adiposidad central y la HTA los
elementos destacados de esta afección
(Rus et al., 2023). Estudios clínicos han
documentado que tanto la hiperglucemia
como la resistencia a la insulina/hiperinsu-
linemia, no sólo constituyen trastornos me-
tabólicos que contribuyen al síndrome, sino
que también predisponen a la vasculopatía
diabética, que se refiere a complicaciones
microvasculares y macrovasculares, inclui-
das retinopatía, neuropatía, aterosclerosis,
enfermedad de las arterias coronarias, HTA
y enfermedad de las arterias periféricas.
Los mecanismos moleculares y celulares
subyacentes incluyen activación inadecua-
da del sistema renina angiotensina-aldos-
terona, disfunción mitocondrial, estrés oxi-
dativo excesivo, inflamación, dislipidemia
y trombosis. Estas anomalías promueven
colectivamente trastornos metabólicos y
promueven aún más la vasculopatía diabé-
tica. Evidencia reciente ha revelado que la
disfunción de las células progenitoras en-
doteliales, la disbiosis intestinal y la libera-
ción anormal de vesículas extracelulares
y sus microARN transportados, también
contribuyen al desarrollo y progresión de la
vasculopatía diabética. Por lo tanto, el con-
trol clínico y el tratamiento de la diabetes
mellitus, así como el desarrollo de nuevas
estrategias terapéuticas, son cruciales para
prevenir el síndrome cardiometabólico y la
vasculopatía diabética relacionada (Jia et
al., 2024).
A pesar de los avances significativos en la
comprensión y el manejo de los factores de
riesgo de las ECV tradicionales, una propor-
ción sustancial de los casos de ECV care-
cen de estos marcadores convencionales.
Investigaciones recientes han revelado que
el virus del papiloma humano (VPH), una
infección de transmisión sexual prevalente,
es un posible factor de riesgo no conven-
cional de ECV. La influencia del VPH sobre
el endotelio vascular y la inducción de infla-
mación sistémica son contribuyentes clave.
Además, el VPH altera el metabolismo de
los lípidos del huésped, lo que exacerba
aún más el desarrollo de aterosclerosis. El
vínculo entre el VPH y la ECV no es mera-
mente correlativo; abarca una interacción
compleja de factores virológicos, inmunoló-
gicos y metabólicos que necesitan ser pro-
fundizados (Dutta et al., 2024).
Otro factor de riesgo descrito es el sexo de
la población, la insuficiencia cardíaca afec-
ta a millones de personas, si bien las muje-
res tienen mejores tasas de supervivencia
general, también sufren una mayor morbili-
dad, como lo demuestran las tasas más al-
tas de hospitalización y una peor calidad de
vida. Varias diferencias anatómicas en los
corazones de las mujeres afectan la fisiolo-
gía cardíaca tanto sistólica como diastólica
(Martin, 2024). Las mujeres tienen menos
probabilidades de desarrollar insuficiencia
cardíaca en comparación con los hombres
y la incidencia de falla cardíaca ha disminui-
do más en mujeres que en hombres (Sohani
et al., 2023). La etiología de la insuficiencia
cardiaca con fracción de eyección ligera-
mente reducida (ICFEmr) también demues-
tra diferencias entre los sexos: los hombres
tienen más frecuentemente una etiología
isquémica y FA, mientras que las mujeres
tienen más frecuentemente una etiología de
enfermedad valvular, HTA y diabetes. Curio-
samente, las mujeres con ICFEmr exhiben
menos dilatación ventricular, menos fibrosis
y un menor riesgo de taquicardia ventricu-
lar, lo que puede explicar en parte la me-
jor supervivencia observada en mujeres en
comparación con los hombres (Delcuratolo
et al., 2023).
En Ecuador se describió la presencia de
diversos factores de riesgo para las ECV,
donde destacan como factores no modifi-
cables el sexo masculino, los antecedentes
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UNA REVISIÓN NARRATIVA
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en familiares de primer grado, de ECV pre-
coz como HTA, hipercolesterolemia familiar
y diabetes mellitus tipo 2; mientras que en-
tre los factores de riesgo modificables di-
rectos, se encontraron estar diagnosticado
y tratado de HTA, diabetes mellitus tipo 2 e
hipercolesterolemia. Los factores de riesgo
modificables indirectos fueron la obesidad
y el sedentarismo y otros relacionados, los
cambios hormonales, hábitos como el con-
sumo de café, cocaína, tabáquicos, psico-
lógicos y trastornos metabólicos (López-
Panata et al., 2022).
La mortalidad y morbilidad relacionadas
con las ECV ejercen una gran presión sobre
la sociedad. Es ampliamente reconocido
que la influencia ambiental y los comporta-
mientos individuales desempeñan un papel
importante en la vulnerabilidad a las ECV, lo
que ha llevado al desarrollo de puntuacio-
nes de riesgo poligénico (PRS). Un estudio
reciente destacó ventajas en el uso de la
inteligencia artificial (IA) en estos modelos
y evidenció que el modelo IA-PRS superó
a las calculadoras PRS tradicionales en la
predicción del riesgo de ECV. Además, el
uso de métodos basados en IA para calcu-
lar la PRS puede aumentar la precisión de
las predicciones de riesgo de ECV y tener
ramificaciones significativas para los planes
de tratamiento y prevención individualiza-
dos (Khanna et al., 2023).
Carga global por enfermedades cardio-
vasculares
Los casos prevalentes de ECV total casi se
duplicaron de 271 millones en 1990 a 523
millones en el 2019, y el número de muer-
tes por estas patologías aumentó constan-
temente de 12,1 millones a 18,6 millones en
el mismo periodo, por lo que, para el año
2019, las CI y los ACV fueron la primera y
la segunda causa de muerte en la Región
de las Américas (GBD, 2020b). A nivel mun-
dial, el ACV siguió siendo la segunda cau-
sa de muerte (11,6% [10,8–12,2] del total
de muertes) y la tercera causa de muerte y
discapacidad combinadas (5,7% [5,1– 6,2]
del total de AVAD) en el 2019, mientras que
la prevalencia de HTA estandarizada por
edad continúa aumentando y ha alcanzado
el 30% en la población general y hasta dos
tercios en las personas mayores de 60 años
(NCD, 2021). La HTA es el factor de riesgo
cardiovascular más frecuentemente asocia-
do con la remodelación cardíaca (Nemtso-
va et al., 2023) y consecuentemente la pre-
valencia global de ECH ha aumentado de
manera constante durante las últimas tres
décadas (Roth et al., 2020).
En general, a lo largo del siglo pasado, las
personas vivian más tiempo con menos
riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un
derrame cerebral o de morir por una enfer-
medad coronaria. Los números evidencian
que las enfermedades cardíacas han sido
la principal causa de muerte en los EE.UU.
desde 1921. Desde 1950, las tasas de mor-
talidad por ECV disminuyeron un 60% y
han fluctuado a lo largo de los años, pero
recientemente han tenido una tendencia al
alza (Martin et al., 2024). La tasa de mortali-
dad ajustada por edad atribuible a las ECV
disminuyó de 235,5 por 100.000 habitantes
en el 2010 a 224,4 por 100.000 personas en
el 2020, lo que equivale a una disminución
del 4,7%, mientras que el número de per-
sonas que mueren de un ataque cardíaco
cada año ha disminuido de 1 de cada 2 a 1
de cada 8,5 (Liu et al., 2022). Asimismo, en
ese país, el ACV ocupa el quinto lugar entre
las principales causas de muerte. Se estima
que aproximadamente 127,9 millones de
estadounidenses (48,6%) ≥20 años tienen
ECV, incluidas enfermedades coronarias,
insuficiencia cardíaca, accidentes cere-
brovasculares o HTA. Excluyendo esta últi-
ma, alrededor de 28,6 millones de adultos
(9,9%) tienen algún tipo de ECV (O'Hearn
et al., 2022).
Se ha descrito que el deterioro cognitivo es
una consecuencia común del ACV y tiene
implicaciones directas para el funciona-
miento y la calidad de vida después del
ACV, incluida la capacidad de mantener un
trabajo, vivir de forma independiente, man-
Godoy Valderrama N.B., Aguilar Vásquez R., Valero Cedeño N,J.
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tener relaciones interpersonales y conducir
un vehículo (El Husseini et al., 2023). La fa-
lla cardiaca es uno de los fenotipos de ECV
más prevalentes en Latinoamérica y en el
mundo (Savarese et al., 2023). Según da-
tos de estudios clínicos, se estima que en
el continente latinoamericano la incidencia
de insuficiencia cardíaca puede ser de has-
ta, aproximadamente, 200 casos por cada
100.000 habitantes por año, y la prevalen-
cia es cercana al 1% del total de la pobla-
ción. Esta condición afecta predominante-
mente a personas en edad funcional y en
riesgo de muerte prematura (con una media
de fracción de eyección del 36%) alrededor
de los 60 años (Batista et al., 2023), lo que
podría representar una prevalencia elevada
de insuficiencia cardíaca sintomática entre
los casos, afectando significativamente los
resultados en salud y al imponer numerosas
limitaciones en varios aspectos de la vida,
ejerce un impacto profundamente negativo
en la calidad de vida relacionada con la sa-
lud (Ventoulis et al., 2024).
En Girona, España, la incidencia y la le-
talidad de IAM disminuyeron entre 1990 y
2019. La incidencia mostró un descenso
lento pero continuo, mientras que la letali-
dad solo se estabilizó en la última década,
especialmente en las mujeres (Camps-Vila-
et al., 2023); mientras que las tendencias
epidemiológicas del IAM en Alemania entre
2004 y 2015, evidenciaron que la mortalidad
por IAM estandarizada por edad continuó
disminuyendo de 2009 a 2015, impulsada
a su vez por una disminución en las tasas
de eventos (tanto de incidencia como de
recurrencia de IAM (Krämer et al., 2021). Al
comparar la contribución de las tendencias
en las tasas de eventos y letalidad, a la dis-
minución de la mortalidad por IAM en cuatro
jurisdicciones de altos ingresos como Nue-
va Gales del Sur (NSW) en Australia; Onta-
rio en Canadá; Nueva Zelanda e Inglaterra,
Reino Unido, entre los años 2002 y 2015, se
identificaron 1.947.895 eventos de IAM en
una población de 80,4 millones de perso-
nas de 30 años o más. Hubo disminuciones
significativas en la mortalidad por IAM, las
tasas de eventos y la letalidad en todas las
jurisdicciones (Camacho et al., 2022).
Los datos a nivel mundial muestran que el
número de pacientes diabéticos aumentó
de aproximadamente 108 millones en 1980
a 422 millones en el 2014. Datos más re-
cientes sugieren que ya hay unos 463 millo-
nes de personas con diabetes mellitus en el
mundo, siendo la novena causa de muerte
con un estimado de 1,5 millones causada di-
rectamente por diabetes en el 2019 (Joseph
et al., 2022). Para 2030, se espera que al-
rededor del 10,2% de la población mundial
total o 578 millones de personas desarrollen
diabetes. En el 2045, esta cifra aumentará
al 10,9%, y el número total de pacientes dia-
béticos alcanzará los 700 millones (Sun et
al., 2022). Con el tiempo, la hiperglucemia y
la resistencia a la insulina/hiperinsulinemia
asociadas con la diabetes pueden provocar
complicaciones microvasculares y macro-
vasculares clínicamente evidentes en los
ojos, riñones y nervios, así como ECV ca-
racterizadas por enfermedad de las arterias
coronarias (EAC), insuficiencia cardíaca y
trastornos cerebrovasculares, lo que hace
que la mortalidad por ECV en pacientes con
diabetes tipo 1 con edades comprendidas
entre 45 y 64 años aumenta alrededor del
50% con cada aumento del 1% en la he-
moglobina glucosilada (HbA1c) por enci-
ma de los valores normales, mientras que
en pacientes con diabetes tipo 2 tienen un
riesgo de 1,5 a 2 veces mayor de ECV en
comparación con aquellos sin diabetes (Ah-
mad et al., 2024).
En un estudio de estimación de la carga glo-
bal y específica por sexo y edad de las ECV
atribuidas a la baja actividad física, eviden-
ció que las muertes y AVAD globales por
ECV causadas por la baja actividad física
aumentaron de 371.042,96 y 6.282.524,95
en 1990 a 639.174,92 y 9.996.080,17 en el
2019, respectivamente. Las tasas de mor-
talidad ajustadas por edad (ASMR) y las
tasas de AVAD ajustadas por edad (ASDR)
correspondientes, disminuyeron de 12,55 y
ARTÍCULO ORIGINAL: EPIDEMIOLOGÍA DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES:
UNA REVISIÓN NARRATIVA
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181,64 en 1990 a 8,6 y 127,52 en el 2019,
respectivamente. Las muertes y los AVAD
atribuidos a la baja actividad física fueron
inicialmente mayores en los hombres, pero
cambiaron a las mujeres después del gru-
po de edad de 70 a 74 años. Ambos sexos
tuvieron tasas de mortalidad crecientes, al-
canzando un máximo en el grupo de edad
de 80 a 84 años. La mayoría de las muertes
por ECV y el número de AVAD fueron causa-
das por CI (Luo et al., 2024).
Asimismo, la carga de ECV de las personas
mayores ha recibido una atención cada vez
mayor a medida que la población enveje-
ce en todo el mundo. Las tasas globales de
incidencia, prevalencia, muerte y años de
vida ajustados por discapacidad de ECV en
personas mayores disminuyeron en general.
Sin embargo, la carga actual sigue siendo
elevada. El rápido crecimiento de la carga
en algunas partes del África subsahariana y
Asia es motivo de preocupación. El análisis
de la desigualdad en salud confirmó que
la carga se estaba concentrando gradual-
mente en países con un IDE bajo. Entre las
diferentes ECV, la CI causa la mayor carga
en las personas de edad avanzada. La ma-
yoría de las cargas de ECV aumentan con
la edad, pero los ACV y las enfermedades
vasculares periféricas muestran caracterís-
ticas distributivas marcadamente diferen-
tes. Además, la carga de enfermedades
cardíacas hipertensivas muestra un cambio
inusual hacia los países con un IDE alto. La
HTA fue consistentemente el principal fac-
tor de riesgo de ECV entre las personas de
edad avanzada (Qu et al., 2024).
De los 20,5 millones de muertes relaciona-
das con ECV en el 2021, aproximadamente
el 80% ocurrieron en países de ingresos ba-
jos y medianos. La región de Europa Cen-
tral, Europa del Este y Asia Central enfren-
ta los niveles más altos de mortalidad por
ECV a nivel mundial. Aunque los niveles de
mortalidad por ECV son generalmente más
bajos en las mujeres que en los hombres,
esto no se cumple en casi el 30% de los paí-
ses del norte de África, Oriente Medio y las
regiones subsaharianas (Di Cesare et al.,
2024). En Ruanda, como muchos países
del África subsahariana, se encuentra toda-
vía en una etapa relativamente temprana de
desarrollo. También está atravesando una
transición epidemiológica, desde un pa-
trón de morbilidad y mortalidad dominado
por enfermedades infecciosas a un patrón
moldeado por ENT. El aumento de las ENT
se debe, en parte, a la creciente exposición
a peligros ambientales. Estos incluyen las
emisiones del creciente número de vehícu-
los de motor y las exposiciones ocupacio-
nales tóxicas. Las ECV son ahora una cau-
sa de muerte cada vez más importante, y
la contaminación del aire en el ambiente es
un factor de riesgo de ECV de creciente im-
portancia. Se estima que 3.477 muertes en
Ruanda en el 2019 fueron atribuibles a ECV
relacionadas con la contaminación del aire.
De éstas, 689 muertes se relacionaron con
la contaminación del aire ambiental, mien-
tras que 2.788 se debieron a ECV relacio-
nadas con la contaminación del aire en el
hogar (Taghian et al., 2024).
En Australia, las tasas estandarizadas por
edad de muertes, AVD, AVAD y AVAD atri-
buibles a factores de riesgo dietéticos de
las ECV fueron 26,5, 60,8, 349,9 y 410,8
por 100.000 en mujeres y 46,1, 62,6, 807,0
y 869,6 en hombres. Durante el período de
30 años (1990-2019), las muertes por ECV,
disminuyeron tanto en mujeres como en
hombres. Los principales factores de riesgo
alimentario de muerte por ECV y AVAD fue-
ron una dieta rica en carnes rojas en muje-
res (6,1 muertes por 100.000 y 115,6 AVAD
por 100.000) y una dieta baja en cereales
integrales (11,3 muertes y 220,3 AVAD) en
hombres (Moreno et al., 2024).
Los países BRICS-Plus (Brasil, Rusia, India,
China, Sudáfrica y otros 30 países) son un
grupo de 35 países con economías emer-
gentes que representan más de la mitad de
la población mundial. Al explorar las ten-
dencias epidemiológicas de la mortalidad
por ECV atribuibles a factores de riesgo mo-
dificables y su asociación con los efectos
Godoy Valderrama N.B., Aguilar Vásquez R., Valero Cedeño N,J.
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REVISTA UNESUM-Ciencias Volumen 8, Número 1, 2024
del período y de la cohorte de nacimiento y
el IDE se evidenció que entre 1990 y 2019,
las muertes por ECV en todas las edades
aumentaron un 85,2% (6,1 millones a 11,3
millones) en estos países. La tasa de mor-
talidad por ECV estandarizada por edad
atribuible a los riesgos dietéticos y al taba-
quismo disminuyó significativamente en los
países BRICS-Plus, con algunas excepcio-
nes. Sin embargo, cuatro quintas partes de
estos países observaron una notable ten-
dencia creciente de muertes por ECV rela-
cionadas con un IMC elevado, en particular,
entre los adultos más jóvenes (25-49 años).
Las cohortes de nacimiento temprano y
las personas mayores de 50 años también
mostraron un mayor riesgo de mortalidad
por ECV (Nawsherwan et al., 2023).
En Chile, en una investigación publicada en
el año 2020, se reportó que las ECV fueron
la primera causa de muerte, representan-
do el 27,1% del total de defunciones del
correspondiente año; liderando el ACV y
el IAM (46,4 y 44,8 por 100 000 habitantes,
respectivamente), siendo el 70% de estas
defunciones debido a factores de riesgo
metabólicos, medioambientales/ ocupacio-
nales y comportamentales (Troncoso-Pan-
toja et al., 2020).
En Venezuela el notable ascenso tanto de la
mortalidad general como de la cardiovas-
cular observado en los últimos años, pese
al desarrollo y perfeccionamiento de los
medios para su diagnóstico y tratamiento,
señala el problema del acceso a éstos por
parte de la población necesitada de tales
cuidados, enfrentada a dos realidades ad-
versas, una del sistema público de presta-
ciones sanitarias y a la del sistema privado,
fuera del alcance de la gran mayoría, como
consecuencia de la pérdida del valor mone-
tario y adquisitivo, lo que explica plausible-
mente el incremento sostenido en la morta-
lidad por ECV en la última década (Duran et
al., 2023).
Baldeón et al., (2021) describen en Ecuador
al evaluar a 1.997 personas de entre 35 y 70
años (edad media 51 años, 72% mujeres),
una prevalencia en el año 2018 del síndro-
me metabólico de 42% en hombres y 44%
en mujeres; mientras la prevalencia de dia-
betes tipo 2 fue del 9% y 10%, respectiva-
mente. El síndrome metabólico y la diabetes
tipo 2 fueron más comunes en mujeres ma-
yores de 50 años con educación primaria
o menos, bajos ingresos económicos y con
obesidad y fue más frecuente en el área ru-
ral, mientras que la diabetes tipo 2 fue más
frecuente en el área urbana. En otro estudio
llevado a cabo en México, se estimó que
la prevalencia de HTA es de 24,1%; donde
18,4% de estos pacientes se reconocen con
la enfermedad, 50% recibe tratamiento y la
mitad es adherente al mismo, mientras que
la prevalencia de dislipidemia fue de 36,7%
y 68,9% reciben tratamiento con una adhe-
rencia del 50%. Estos hallazgo